sábado, 29 de julio de 2017

CARTA DE UN PADRE A SU NIÑO...

Hola, hijo, ¿cómo estás? ¿Cómo va todo en tu mundo? Todavía no tienes 10 años, y quizás esta carta la leas de mayor, pero quería darte las gracias ahora por lo que has hecho en mi vida y con mi vida.


El día que te tuve en brazos cuando naciste, fue uno de los días más felices de mi vida. ¡Eras tan pequeño, tan blandito! Sentí que el corazón se me llenaba de bondad y de ternura. Sacaste de mí lo mejor que había… y que hacía tiempo que no sentía.

Mire a tu madre y la amé más todavía. ¿Cómo te había hecho tan bien? Despertaste en mí inocencia y asombro ante el milagro de la vida. A la vez te tengo que confesar que sentí miedo. Ahora tú dependías de mí, tu alimento, tu seguridad, tu vida…Y pensé que no iba a poder, pero verte me daba fortaleza para enfrentarme a lo que fuera.

Los primeros días en casa, ¡vaya noches nos diste, llorar y llorar!. Pero te confieso que llegaba del trabajo y al primero que iba a buscar era a ti. Me has enseñado muchas cosas: darte de comer, paciencia, valorar los momentos mágicos de tus sonrisas, tus primeros pasos, la vez que dijiste papá. Te he visto crecer a toda velocidad, he contemplado con asombro como la ropa se te quedaba pequeña, como te estirabas por días.

¿Sabes cuáles han sido de los momentos de más felicidad? Cuando veo el cariño que le tienes a tu madre: cada vez que la abrazas, que le regalabas una flor, que jugabas en el piso con ella, te veía y se sentía en paz y feliz. ¡Hasta se me olvidaban los problemas económicos! Y de los mejores recuerdos han sido las noches en que te acostaba, y hablábamos, te leía un cuento o me lo inventaba, aunque tú no te dabas cuenta. De pronto me dejabas hablando solo porque estabas ya durmiendo.

Ver tu cara de ilusión cada vez que se te caía un diente o cuando en Navidad llegaban los regalos, que creías firmemente que te los había traído “Alguien”…Esas noches con tu madre, preparándote las sorpresas, eran deliciosas. Los dos nos hacíamos niños como tú. No sé lo que te depare la vida, quisiera que no sufras mucho, pero ya con estos años, me has dado ganas de seguir adelante, me has llenado de esperanza, porque tú eres la ilusión de mi vida hoy… y lo serás siempre.
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Autor desconocido

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