lunes, 17 de septiembre de 2018

“La Felicidad está en el viaje”

Siempre has estado ahí, para mí, dentro de mí.

Desde que comencé a tener contacto con el exterior, todo incansablemente se ha dedicado a jurarme y perjurarme que estás afuera, que eres alguien o algo imposible de obtener, de conquistar.

Ya no soy un niño. Ahora comprendo muchas cosas que antes me costaba trabajo comprender. Hoy comprendo que siempre fuiste un regalo para mí, un gran regalo con el cual nací, ya que nadie nace sin ti, pero misión de cada uno es tener que descubrirte, reconocerte y aceptarte como compañera de viaje.

No eres un estado total de plenitud, es necesario sacar esa idea de mi cabeza. Eres “momentos”, unos muy largos, otros tan breves, pero siempre presente en cada momento de la vida… siempre estás presente porque siempre están aconteciendo cosas que nos permite sentirnos vivos, libres, felices.

Contigo, soy capaz de todo, porque todo está para mí, para mi disfrute, para mi bien, para mi desarrollo y propia evolución.

Me acuesto contigo y me levanto contigo desde el momento en que abro mis ojos a un nuevo día. Inclusive en mis sueños también tienes injerencia, me acompañas, me conduces y por salud mantienes vivencias en el misterio, en el enigma, para que hagan su aparición en el momento indicado.

Te disfruto en el silencio y la quietud del encuentro conmigo mismo.

Me nutres en el momento en que llevo a mi boca los alimentos y bebidas que fortalecen mi organismo. En cada sabor, en cada olor, en cada papila gustativa que se expande ante lo que toca, ahí yace tu elixir, tu presencia enigmática, que pocos, muy pocos han descubierto.

En el bullicio de un día ajetreado donde todo parece que no tiene fin, que es un caos, ahí apareces tú también en medio de todo ello, porque también ese “remolino” de emociones y sentimientos que vivimos como seres humanos, también ahí resides tú, y eres un alivio saber que cuento, contamos contigo.

No hay momento en el que no estés presente, en el cual no te podamos sentir.

Siempre estarás en todo viaje que hagamos, porque eso es la vida, un “constante viaje”, es donde más resides.

Gracias FELICIDAD por siempre acompañarme y jamás soltarme.

Gracias FELICIDAD por esconderte a los orgullosos y manifestarte a los sencillos.

Gracias FELICIDAD porque has sido el gran regalo que recibimos desde el momento en que comenzamos a vivir.

Danos la oportunidad de disfrutarte, conocerte, valorarte, apreciarte, amarte, durante este viaje… antes de partir.

“No hay camino para la felicidad, la felicidad es el camino”.

Por: Antonio Hernández Mascote.

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