lunes, 16 de septiembre de 2019

“¿Quién es Dios?”

¿Quién es Dios?

Lo único que me queda claro es que Dios es todo lo que no decimos que es. Al final de cuentas, todo aquello que podamos decir sobre Él o Ella está bañado de una carga y energía muy humana.

Tal vez hemos creído hasta el día de hoy que Esa Fuerza Creadora llamada Dios tiene mucho de Juez, el cual separará a los buenos de los malos, los primeros para disfrutar de Él y los segundos para que puedan probar su Grandeza y Omnipotencia a través de un castigo eterno.

Hace tiempo fui partícipe de esa idea, de ese concepto, pero en lugar de hacerme un hombre que actuara desde el bien por el simple hecho de sentirme satisfecho y pleno por obrar correctamente, me convertía en alguien que actuaba desde el temor, el miedo, sin experimentar la libertad que procede de lo Divino.

Hoy puedo experimentar un Dios diferente, una Fuerza que nutre, que alienta, que acompaña independientemente de las decisiones que tomes. La Fuerza del Amor Creadora siempre está en aquellos que han decidido ser Luz, en aquellos que han optado por Construir.

Si nos vivimos como seres en Evolución, concebiremos una Divinidad no castigadora, más sí una Fuerza que constantemente nos invita a la introspección, al análisis de los actos propios, a ser congruentes, a que decidamos por nosotros mismos sin buscar culpables fuera de nosotros, sino a que abracemos nuestras propias decisiones, tomando los propios riesgos, pero experimentándonos siempre acompañados, porque esa Fuerza Divina siempre ha estado en nosotros, siempre está y estará, ya que somos parte de esa Chispa Divina.

Permite que la Esencia Divina recorra todo tu ser, tu cuerpo, tu mente, pero sobre todo, permite que la Divinidad no haga divisiones, al contrario, busca siempre la Unidad de Aquel que es la Unidad por esencia.

Todos somos parte de esa Divinidad, sólo es cuestión de volver a recordarlo, de creerlo y de actuar, hablar y pensar en el Nombre de Él.

No le pongas nombre a lo que no tiene nombre. Sólo experiméntalo y vívelo, no le pongas mayor complicación, Él o Ella, como lo quieras vivir, es lo más simple por comprender, por vivir, por compartir, no te lo cuestiones y sólo vívelo. Cuando trasciendas te darás cuenta de lo sencillo que era vivirlo. Alguien lo dijo con toda verdad… “la Divinidad es Verbo no sustantivo”. Si dices ser partícipe de esa Fuerza Divina, no sólo lo prediques ¡Vívelo!

Me queda claro que nosotros como seres humanos nos hemos encargado de complicar hasta lo más sencillo, y así mismo sucede con la Fuerza del Amor, la Fuerza Creadora, la Divinidad Presente. Nosotros somos complicados y con mayor razón complicamos lo más sencillo: El Amor. Dios es Amor. Es el nombre más hermoso y más adecuado que puede recibir dicha Fuerza.

Que de hoy en adelante te ocupes más en plasmar con el ejemplo la Fuerza de Amor que portas desde tu interior. Ocúpate de vivir momento a momento la Divinidad en la que crees. Que cada paso que camines por este plano terrenal, sea una huella de la Divinidad que yace en tu vida.

Purifícate del concepto más usado de manera incorrecta. Deja a un lado lo aprendido y permítete creer y vivir desde tu experiencia, ya que Él o Ella siempre han estado dentro de ti, guiándote, acompañándote, fortificándote, hablándote a través de lo que llamas intuición. Atrévete a vivir la experiencia sólo tú y Él o Ella, como le prefieras identificar, al final son lo mismo.

Atrévete a vivenciar a Dios desde lo que no es. Desintoxícate de las imposiciones para que puedas ver el Gran Reflejo Divino en los demás, en los acontecimientos, en tu misma persona.

“Nuestra idea de Dios dice más de nosotros mismos que de Él”. (Thomas Merton)

Por: Antonio Hernández Mascote.

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