Cuando escuché por primera vez la expresión… “rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita”, comprendí que pasaría mucho, pero mucho tiempo para comprenderlo, hacerlo consciente y por ende vivirlo.
Por desgracia, a nuestro alrededor vemos todo lo contrario de ese principio. Nos afanamos como raza humana a llenar las arcas de cosas efímeras, con “poco valor”, cosas que cualquiera –con dinero-, pudiera adquirir, pero no se han dado cuenta que aquello que no tiene un precio monetario, por muy rico que seas, con ese dinero, jamás lo podrá comprar, conseguir.
Pongamos algunos ejemplos.
El Amor… ¿acaso puedes comprarlo? Tal vez podrás “supuestamente” adquirirlo o “creer” que lo recibes, pagándole a alguien por él, pero certeramente, por mucho dinero que poseas, el Amor no puede comprarse.
La Paz… si no ha sido sembrada en tu interior, no puedes hacer más por obtenerla. ¿Acaso puedes ir a la tienda más cercana y comprar unos minutos u horas de Paz? No, se adquiere de forma gratuita, aunque pienses que por tener un “grupo de personas” a tu alrededor “disque cuidándote”, te merecerás una noche tranquila y un sueño reparador.
La Tolerancia… ante la cual nos van formando en ella desde la infancia a través de la familia. Debemos tener presente que aunque poseamos todo el poder y dinero del mundo, habrá cosas, situaciones que no se podrán llevar a cabo. Ella, nos invita a comprender que no todo lo deseado siempre es bueno para nosotros, para nuestro proceso de evolución. No por pagar grandes cantidades de dinero por “educarte” en la mejor escuela, serás más “tolerante”.
La Responsabilidad… como la palabra lo dice, es una “respuesta” a algo, a un llamado que sentimos interno y que externamente va a la par de nuestros deseos inconscientes y conscientes. El dinero no te hace más o menos responsable, lo que te hace responsable es qué tanto crees en tus sueños, en lo que persigues por la vida.
La Sabiduría… que es la combinación de lo aprendido con lo vivido. Tal vez hayas podido recibir grandes conocimientos a nivel intelectual en las escuelas a las que hayas asistido, pero no es una garantía que esos conocimientos los vayas a transformar en sabiduría en el caminar por la vida. ¿Esos conocimientos te están permitiendo ser una persona adaptable?
Y podríamos seguir elencando una serie de valores que el dinero no puede comprar… que tu poder no puede adquirir… que tu Ego no se da cuenta de que deberá inclinar su orgullo ante ellos.
Lo importante es no dejarnos esclavizar por lo material, que nuestra felicidad y realización no dependa de unas monedas o unos billetes, de un status social.
Lo importante es que nos demos cuenta que todo en esta vida es “prestado” para nuestro bien, para nuestro disfrute, para ser mejores personas, para ayudar y dejar mejor a las personas con las que convivimos.
Así que no lo olvides…
“Deja de lado el apego. El hombre más rico es el menos apegado. Nada como disfrutar de la abundancia sin apegarse a ella, de ese modo jamás te dejará”.
Por: Antonio Hernández Mascote.
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