La mujer es el ser más maravilloso,
El regalo más grandioso,
Que Dios le pudo dar al hombre,
No hay hombre que no se asombre,
Ni que jamás pierda la cabeza
Al descubrir la singular belleza
De la mujer, en su máxima expresión,
Cuando entrega el corazón,
El cuerpo, su alma, y todo su ser...
Navegar en su cuerpo es el placer
Más divino que hay en este mundo,
Perderlo, es el dolor más profundo,
Porque cada una es única, sensible,
Dulce, interesante, e irrepetible,
Sus facciones muestran un destello
De luz, y no se copia el sello
Que cada una imprime en el alma
De un hombre destinado a perder la calma,
Cuando por su locura de a todas querer,
A una, a la más importante, llega a perder.
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